Lo amo, lo extraño…

Sigo esperando...

Lo conocí en una cancha de fútbol, no recuerdo bien la fecha… Él es el arquero del equipo donde juega uno de mis hermanos. Yo estaba sentada en la tribuna, y él se dio la vuelta, me miró, me sonrió y yo le sonreí. Descuidaba el juego por mirarme y sonreírme. Luego de un rato se animó a hablarme y me dijo “¡Hola! ¿Me puedes dar un poquito de agua?”, yo le dije que sí y le di el agua; luego me dijo “¡Gracias!” muy amablemente. Estuvo durante todo el juego mirándome y hablándome; ya terminado el juego, mi hermano sugirió que nos fuéramos, yo no quería irme por su amigo, pero le dije que si…

Cuando estábamos a punto de irnos, llegó él y saludó a mi hermano, luego preguntó si ya nos íbamos, mi hermano le dijo que sí, sonrió y dijo que se iba con nosotros, que vivía cerca de la casa de nuestra abuela. De camino a la casa de mi abuela, hablábamos, reíamos, en fin, ya nos habíamos conocido un poco mejor. Él nos invitó a mi hermano y a mí a jugar un partido de fútbol, nosotros aceptamos; luego él invitó a su hermano gemelo y a otro de sus hermanitos, y yo a una amiga; así que armamos un pequeño grupo de tres: mi hermano y los dos hermanos de Tommy, mi amiga, Tommy y yo. Jugamos hasta altas horas de la noche, pues nadie quería dejar de jugar, y yo no quería alejarme de él. Luego me fui a casa ¡y me regañaron por llegar tarde! Pero todo valió la pena…

Todos los días nos juntábamos con el grupo. Tomás logró convertirse en mi mejor amigo, en algo muy especial y lindo. Un día cuando hacíamos un desfile con un par de amigas, me enteré que teníamos una vecina nueva, yo insistía en conocerla para ver si podíamos ser amigas pues pensé en que no conocía a nadie y que iba a estar sola, pero ella no quiso conocerme, dijo que no acostumbraba a hablar con extraños. Pasaron varios días y Tommy ya no me buscaba para jugar fútbol o para tomar algo como lo hacía siempre; pensé que no debía darle importancia, que seguramente él debía estar muy ocupado, así que salí con mis amigas a dar unas vueltas por la cuadra a ver qué onda.

Pasábamos cerca de una pequeña casa y mis amigas me dijeron que esa era la casa de Margarita, la nueva vecina. Cuando miré hacia la casa de Margarita, vi que Tommy estaba en la casa de ella divirtiéndose, me miró e hizo de cuenta que no me conocía, quedé sorprendida, y me sentí muy mal, una lágrima salió de uno de mis ojos y le dije a mis amigas que nos fuéramos, que no valía la pena estar ahí.

Tommy iba muy poco a buscarme, ya nada era lo mismo; y Margarita logró convertirse en una enemiga y rival para mí… Siempre veía a Tommy con ella y una de sus amigas, siempre que yo los veía juntos yo sentía que mi sangre hervía de la rabia, y tenía ganas de desaparecerla…

Pasó un buen tiempo que yo no me juntaba con él, y un día mi hermano encontró a Tommy en la calle y le dijo en frente de su hermano gemelo que estaba enamorada de él; mi hermano dice que ambos se reían, pero no decían nada.

Ya había pasado mucho tiempo de que Tommy sabía que lo amaba, siempre me veía, pero no me hablaba, solamente me miraba con unos ojitos brillosos y me sonreía. Un día mi hermano llevó a casa a Exequiel, el gemelo de Tommy, jugábamos un juego muy conocido que se juega con una botella, y me tocó besarme con Exequiel, lo hice, pero yo no sabía que era él, en todo momento pensé que era Tommy, aunque mi corazón me decía que en él había algo extraño. Luego de saber que era Exequiel y no Tommy, me sentí muy mal y con mucha vergüenza. Unos minutos después llegó Tommy y Exequiel le contó lo que había pasado y éste se vio algo celoso, pero supo disimular; yo me levanté de la silla y ¡le di un beso muy fuerte! Luego me fui y no volví donde ellos.

Pasaron seis meses. Una noche ellos llegaron a mi casa para tomar algo con nosotros, fuimos al garaje de mi padre, estábamos solamente mi hermano, Exequiel, Tommy y yo. Jugábamos a un juego que se llama “verdad, reto, semáforo”, Tommy eligió semáforo conmigo, primero me preguntó si lo amaba, yo le dije que si y el me dijo que él me amaba mucho y que yo le gustaba de hace mucho tiempo, luego nos besamos, parecía que el mundo no existía, que solo existíamos nosotros dos… Luego se fue… No quedamos en nada, solo dijo que nadie lo había besado como yo, pero que no podíamos estar juntos… Nunca me dijo por qué.

Unos meses después me enteré que salía con otra chica, no pude evitar llorar con todo esto, aunque siempre me mostré fuerte, como si nada hubiese pasado… Él me cambió por varias chicas, pero siempre dice que me sigue queriendo… Y no se por qué, pero yo lo sigo esperando…

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3 Comments

  1. says: Erika

    auch ami me paso 🙁 pero lo mejor no es segirlo esperando , lo mejor es segir con tu vida porque si tu lo siges esperando el va a pensar q puede tenerte cuando quiera y hacer contigo lo q quiera y creo q no es asi

  2. says: Guadalupe

    Es una historia muy linda, a mi tambiem me paso lo mismo, pero no pienso en esperar tanto, xque si lo esperas tanto y si el te dice que te sigue queriendo, para que va a ir con otra chica? Si el te quiere a vos, te va a dar todo, pero si esta con otra no pienso que te quiere de verdad 🙁 Pero a mi tambiem me paso lo mismo y siguo esperando como 3 meses por ahi, y un amigo mio me ayudo todo, me dio todo y me di cuenta que en verdad no hacia falta esperarlo tanto, si en realidad esta con otra chica, bueno prefiero irme con otro chico y ya esta, pero no sigues esperando a el, buscate otro que vale mas pena que el… Espero que encuentres! El no es único, hay varios chicos!! Saludos!!

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