Le conocí en la peor época de mi vida, me acababa de dejar mi novio con una ruptura dolorosa y traumática para mí, me sentía sola y triste, estaba perdida, vamos, mal. Una noche salí con unas amigas y lo conocí en un bar, empezamos hablar y a hacer el tonto y nos liamos, yo lo pienso y realmente no debería haberlo hecho porque no estaba preparada para algo así, pero bueno, pasó y ya está. De todo se aprende.
El caso es que después de esa noche un poco de locura empezamos a quedar algún día a tomar algo, a cenar, yo no quería meterme en otra relación por nada, pero con él estaba a gusto, me divertía y realmente me hacía olvidar aquello que me hacía estar triste, aunque sé que nunca en verdad fui capaz de superar mi ruptura anterior en todo el tiempo que estuve con él, no fui justa y aunque no lo hice queriendo me sentí mal, me dejé llevar y no era el momento.
Empezamos a salir y todo fue como de repente muy rápido, conocer a las familias, una vida más o menos estable y compartida, y de repente también los problemas: yo no conseguía adaptarme a su entorno y todo eran discusiones. Tan rápido fue para lo bueno como para lo malo, y nos vimos metidos en una relación de la que yo no sabía cómo salir sin hacer daño a la otra persona, porque realmente no quería tener pareja y debía haber estado sola para superar lo otro, lo hice fatal.
Al final rompimos y sufrimos, porque todo hace daño cuando se hace mal y yo lo hice mal desde el principio, me sentí muy mal por haberme comportado así pero en ese momento no era consciente de dónde me estaba metiendo. Menos mal que el tiempo todo lo cura y de todo se sale, y al final superé el bache que creaba todos mis problemas y a partir de ahí ya pude seguir adelante. Pero lo primero es estar bien uno mismo para poder estar bien con los demás.
