Así fue mi primer amor

¿Cuántas personas han experimentado el amor alguna vez pero en realidad se han visto en el espejo y se han dicho qué mal, pensé que me amaba, o cuántos tuvieron un amor de niño? Y te ilusionas pensando que es para siempre hasta que rompes y piensas ¿qué sera de ti? Y te encuentras con dos cosas, seguir tu vida o estancarte, muchos después de un rompimiento se dejan llevar por esa devolución y van de labio a labio experimentando hasta que encuentren el amor verdadero, pero qué mal, cada día nos destrozamos un poco más cuando vivimos así.

Ésta es mi historia de amor.

A los 11 años experimenté lo que era enamorarme por primera vez, esas mariposas que no importa si eres mujer u hombre, las sientes cuando ves a esa persona que hace que te quedes sin palabras, y esa fue mi reacción, ¿qué hace un niño queriendo experimentar el amor? Veía a mis compañeros mayores de mi escuela cómo se jugaban cada día por una chica pero yo solo deseaba que ella me mirara. Azucena, ese era su nombre, un año menor que yo, yo en un grado alto que ella, ambos salíamos a la misma hora al recreo, y allí estaba ella, Azucena, como su propio nombre lo dice, traté en todos los idas de clases de poder enamorarla o hablar con ella pero los nervios me traspasaba todo y en momentos cuando estaba frente a ella no sabía nada que decir.

Un día mientras salíamos del recreo mis amigos fuimos a la casa de Roxana una amiga mía y justamente ella subía y bueno yo me armé de valor y le hablé, le expresé mis sentimientos pero era un niño, qué sabía yo acerca de qué decir, le dije que era muy bonita y que si quería ser mi novia, sí, eso fue lo que le dije, ella con cara de no me dijo no,  pero al pasar los días seguía insistiendo y hasta que me dijo que sí. Recuerdo que solo la tomé de la mano ni un beso nos salió a ninguno de los dos, había experimentado uno alguna vez, pasamos algunos meses de novios, ya acababa el quinto grado de primaria y yo pasaría al sexto, a inicios del primer semestre ya solíamos caminar juntos y llevarnos de las manos, algunas veces la acompañaba hasta su casa pero más a dos casas cerca.

Una mañana después del recreo salimos por la parte trasera de la escuela juntos con otros compañeros y dimos la vuelta y por una vereda salimos corriendo ambos de las manos y llegamos a la esquina del campo junto a una pequeña iglesia y nos sentamos, comenzamos a conversar y nos miramos y como dos inocentes sin experiencia nos dimos el primer beso, era el primero, no fue nada mágico fue más como dos asteroides chocando entre sí, nuestros dientes chocaron y pensamos que nos habíamos roto los dientes, pero era el primero, así que lo dejamos allí.

Al pasar el tiempo me enamoré de ella y creí que sería para siempre, ella crecía y con ella toda su belleza los “amigos” míos ya la veían con otros ojos, ella comenzó a tener otras sensaciones, no puedo negar que siempre me hacía sentir bien, era algo especial lo nuestro, dos niños tomados de la mano caminado por allí, era una etapa linda, ambos experimentando el “amor” hasta que un día un amigo le metió cuentos sobre mí y ella comenzó a creerle, sin hacerme una pregunta si era verdad o no me cortó, o sea terminó conmigo, triste yo por lo sucedido no sabía qué hacer así que Roxana me dijo escríbele una carta y yo se la entrego, hazle saber tus sentimientos nuevamente, por cierto, mi profesora sabía de lo nuestro a tal punto que ella me aconsejó lo mismo, así que allí estaba yo escribiendo lenta y suavemente mis palabras de amor por ella, le escribí: “Amor no logro entender por qué me haces esto, he escuchado que fulano ha dicho cosas inciertas de mí, nada de lo que ha dicho es verdad, me duele que pienses que podría ser capaz de ofenderte de esa manera por lo cual jamas lo haría, te quiero y si piensas que es verdad aunque no lo es te pido perdón, yo te quiero a ti y solo a ti, atentamente. Yo”.

Al terminar se la entrego a Roxana y ella se lo da y a lo lejos yo la veía leyendo, ella sentada en la última pared del corredor y bueno pensé que regresaríamos, ella tomó mi carta y la rompió, solo pude ver coómo los pedazos caían al suelo y con tristeza fui y la recogí.

Un tiempo después volvimos y bueno parecía todo estar en calma ya para mí esto era algo bueno, eso pensé, íbamos a una salida todos los de la escuela en el verano así que nos estacionamos en una avenida donde tenían piscinas, pasó el tiempo y todos nos divertíamos, los chicos jugando, otros por allí escondidos con sus parejas y yo viéndola a ella correr como una loca con sus amigas, recuerdo bien ese día mientras sonaba esa canción, Azul de Cristian Castro.

De repente ella cae a la alberca, no podía nadar muy bien, parecía que se ahogaba, me lancé y la saqué como un héroe, cantaba es que este amor es azul como el mar azul, fue extraordinario, no sé si ella se recuerda de eso pero yo sí.

Ya las clases estaban a punto de terminar, en el mes de septiembre tuvimos una salida con los del aula para las fiesta del 14 mientras nos divertíamos con todos ella andaba con sus amigas y ya todos los chicos la rodeaban como perros y bueno yo para sentirme macho pecho peludo comencé a hacer el ridículo propiciando para darle celos, pero nada funcionaba ese día fue la primera vez que tomé una cerveza y le dije a mi prima, mira María, con tal de que ella viera y me la atragante fue algo así como qué diablos hago, ella al ver se enojó y se fue, cuando íbamos de regreso como se suele hacer cada 14 de septiembre corríamos con la antorcha encendida cuando ella al no poder más se resbala dañándose el tobillo, una vez más corro como un loco a levantarla.

En fin la llevamos adentro del autobús y allí íbamos los dos juntos, el profe y yo pues no me dejó sentar con ella. Regresamos a nuestra escuela y todo parecía muy bien durante esos últimos meses de clases.

Llegaron los días finales y ya pronto dejaría la escuela, la graduación de la primaria estaba llegando y con él se quedaría toda una vida vivida con amigos, llena de locuras y experiencias, los días de ya no ver a los maestros de primaria se iban y me quedaban muchos recuerdos de seis largos años.

Llegó el día de graduación, ella estaba levantando la bandera, todo estaba bien, todos felices y al regresar a casa pasé por donde ella vivía y allí estaba junto a su madre, la recuerdo muy bien, su madre le pasaba el peine por el cabello, ella me vio, fue hacia mi y me dijo que era todo y le pregunté ¿qué cosa dices? Dijo, ya no podemos seguir y entró a su casa, con un diploma de logro y un corazón roto llegué a mi habitación y lloré como un niño, bueno, era un niño.

Pasaron los meses y ya sabía que no había otra oportunidad. Una noche la vi y la quise acompañar a su casa y ella dijo sí, al llegar casi cerca volví a preguntar ¿por qué? Ella contestó “nosotros aun estamos pequeños y yo tengo que estudiar, no tengo tiempo para eso ademas le prometí a mi madre que daría lo mejor de mí”. Ese día le dije wow bien por usted realmente espero que pueda cumplirlo y la dejé y me fui aún con el corazón roto.

Siempre esperé que pudiera lograrlo y bueno no quise ser un estorbo en sus metas. Un día vi que tenía novio, unos años después supe que se embarazó, luego se casó.

Una noche recibí una llamada de ella que quería hablar conmigo, ella pensaba que yo no sabía nada y le seguí la corriente y luego me dijo que aun sentía algo por mí yo le dije que sabía que se había casado y ella contestó “usted sabe que a veces tomamos decisiones incorrectas” yo le contesté que ella tomó su decisión, correcta o no, yo no tenía por qué meterme, y corté la llamada.

Hoy la vi con su esposo y una niña y me sonrió.

Yo seguí mi vida hasta que conocí a Maribel, pero esa es la historia de amor que contaré en otra ocasión…