Primer amor, primer dolor

Se conocieron en la Universidad a principios de los 70.
Ella, recién llegada del internado donde había cursado todo el bachillerato. Nunca había compartido pupitre con un chico, así que se quedó prendada de él, que la llamaba “chatica”, que la hacía reír, que la acompañaba de vuelta a la residencia de monjas donde vivía.
Cuando empezaron a salir solos, era casi Semana Santa. Empezar a cogerse de la mano, alguna sesión de cine (todavía recuerda una película que vio con él : “Gigante”, de Rock Hudson y James Dean ), quedar por la tarde para ir de vinos…el tiempo pasaba volando y era tan feliz…
Al llegar el verano se separaron, cada uno volvió a su lugar de origen. Alguna carta, alguna llamada y el recuerdo emocionado.
En octubre empezó el curso y una amiga le dijo: “he visto a Pablo y tiene que hablar contigo”, enseguida supo de qué se trataba.
Y cuando se encontraron, los argumentos de siempre: “eres estupenda, mereces a alguien que te quiera de verdad…”
Fue su primer amor. Y su gran dolor.