Con él la vida siempre era en colores

En Alemania David cerró todas sus cuentas de las redes sociales y se alejó completamente de mí.

Él fue mi compañero de la universidad, uno de mis mejores amigos y mi vida prácticamente. Con él la vida siempre era en colores, la vida era divertida, llena de historias, risas y locuras. Aunque estábamos muy cerca del grado, parecíamos niños cuando estábamos juntos, todo era muy simple y como debía ser. Y aunque no estábamos cerca siempre, nuestros encuentros, hacían que mi semana fuera feliz. Cuando pasaba mucho tiempo sin verlo, y aunque odiaba aceptarlo, me hacía falta, era como si mi cuerpo, mi estado de ánimo y mi efectividad en las diferentes actividades que desarrollaba dependieran de él.

Aunque muchos de mis compañeros intentaban caerme, yo simplemente no podía, sentía que jugaba con sus sentimientos y con su tiempo, además sentía que lo traicionaba a él, aunque no fuéramos nada. Los demás muchachos, podían ser lindos, divertidos, pero carecían de la chispa, inteligencia y voluntad de David, por él además de gusto, sentía una gran admiración, simplemente era un reto. Él por su parte siempre era muy dulce conmigo y me seguía los caprichos, desde los más infantiles hasta los más locos,  las personas creían que éramos hermanos, porque además de ser tan cercanos, debo decir que nos parecíamos físicamente.

Así nuestros últimos días juntos transcurrieron, con la fuerza de no querer separarnos, por mí parte porque era mi gran amor, el chico que siempre quise, el chico de mis sueños, mientras que para él, como me lo dijo la última vez, yo era su mejor amiga, su confidente, la persona que lo escuchaba y que sólo tenía amor en sus palabras.

Antes de su viaje fuimos a acampar, y mientras todos nuestros amigos estaban borrachos y tirados por ahí, nosotros nos quedamos hablando frente a la fogata, su rostro se veía increíble a la luz del fuego y de la luna. Hablábamos de todo un poco cuando se acercó y me abrazó, su calor calmó mi corazón de todas las angustias del mundo, y aunque sus brazos fuertes y torneados me tomaban tan fuerte que no podía respirar, él era todo el aire que necesitaba. No sé cómo pero terminamos dormidos, abrazados en la misma carpa, no pasó nada de lo que podrían imaginarse, pero fue como si nos entregáramos el corazón y la vida mutuamente. Todos creían que lo habíamos hecho, sin embargo, sólo nosotros sabíamos que estando juntos abrazados y escuchando la respiración del otro, habíamos tenido una conexión más fuerte que cualquier momento de intimidad.

Me demoré en entender su decisión, pero cuando acabamos la universidad, dijo que necesitaba un tiempo de todo y de todos, me dijo que no podría decirme nunca lo que le pasaba, viajó a Alemania para estudiar, y como él decía, ser libre.  Había algo extraño, pues sus padres no eran personas con grandes sueldos, como para decir que lo iban a sostener todo un año en Europa, sin embargo, no quise indagar o preocuparme al respecto.

Recuerdo el último día en el aeropuerto como si fuera ayer, yo no podía dejar de llorar, pues era todo lo que quería a mi lado, él me abrazó y me dijo que lo hacía por mí, y así me quedé en el aeropuerto, repitiendo su beso en mi mente una y otra vez y con el corazón hecho añicos. Tuve un episodio de pánico, no hice un espectáculo, pero me encerré en un baño, y lloré esta vida y la otra. ¿Cómo podía decir que lo hacía por mí, cuando me dejaba sola y herida? Pasaron algunas horas, y una señora de las que realizaba el aseo golpeó y me dijo que me había visto entrar hace un tiempo, y que aunque entendía mi tristeza, yo debía salir. Pocas personas son tan dulces y comprensivas con un desconocido como ella, Doña Rosita. Cuando salí le dije que si podía abrazarme, me había tratado tan bien que fue un impulso. Ella aceptó, con una cara de compasión y amor que aún no comprendo, simplemente no es normal ni en la más afectiva de las culturas.

En Alemania David cerró todas sus cuentas de las redes sociales y se alejó completamente de mí. Todos me comentaban historias que él les había contado en llamadas ocasionales, historias de parapentismo, saltos de colinas a ríos, rapel, y actividades extremas. Aunque a él le gustaba ejercitarse, nunca había hecho ese tipo de cosas, me parecía extraño, pero divertido, yo creía que había salido de su caparazón y que Europa le había dado fuerzas para realizar aquellas cosas que secretamente siempre había deseado.

Un día me llamó por skype, creo que nunca había estado tan emocionada, y pasamos, sin mentir, unas seis horas hablando, dos de las cuales nos la pasamos despidiéndonos. Al final me dijo que me quería y que por más lejos que estuviera, siempre me protegería, además él decía que los angelitos se me aparecían, y que las personas no podían evitar sentir la necesidad de cuidarme. Recuerdo que lo último que le dije fue era lo mejor que tenía en la vida, y que siempre lo esperaría, sin embargo, nunca me dio la fecha de su vuelo de regreso.

Al cabo de unas semanas, su mamá me llamó y me dijo con una gran sobriedad que la leucemia había llegado a la etapa más crítica, y que si quería verlo, él estaba en el hospital. No podía creer lo que escuchaba, pasaba de hablar con él y sentirlo más cerca que nunca para perderlo para siempre. Todos sabían, absolutamente todos, menos yo, incluso mis papás lo sabían; cuando dejé de hablar con Jessica (la mamá de David), recuerdo que dejé caer el teléfono me arrodillé y grité, mi mamá me abrazó y empecé a llorar, cuando me repuse (dentro de lo que era posible), me fui al hospital con mi mamá y mi papá. Entré a la habitación y ahí estaba él recostado, pálido, y delgado, como si hubiera dejado de comer por meses, miré a Antonio (papá de David) y a Jessica, él la abrazaba, ella lloraba, me miraron y Antonio dijo: “has llegado tarde”.

No olvidaré jamás ese día, ni esas palabras: llegaste tarde, quizás nada hubiera cambiado si yo hubiese llegado antes, pero al menos, habría tenido un respiro más a su lado. Han pasado algunos años, trabajé hasta el cansancio, conocí un hombre maravilloso que me hace feliz y que me dio como regalo dos chiquitas hermosas. Sin embargo, debo admitir que aún visito cada 15 de octubre a David en el cementerio, le dejo flores y le pregunto por qué me dejó. Mi corazón siempre tendrá un espacio para él.

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3 Comments

  1. says: Lii

    TeHermosa la historia T-T Me hiciste llorar… Yo no puedo decir que te comprendo pero de alguna manera me llegaron tus sentimientos tan calidos tanto como los tuyos como los de David, el de verdad te tenia mucho aprecio creo que sentia algo más al igual que tu….Yo creo que no deberias de hacerte la pregunta de ” Porqué me dejaste?” Tienes q pensar q el lo hizo por tu bien porq no queria q lo vieras en ese estado, además yo se que en algun lugar del cielo el aun te cuida, y esta feliz al ver que tienes una familia, asiq antes de decirle “porqué?” decile “gracias”…Nose si leeras o no y nose si mi opinión es buena pero de verdad que me encanta tu historia de tu dulce amor con David, y una ultima cosa :”) Quiero pedir tu permiso para escribir una novela usando de referencia esta hermosa historia tan solo la escribire con su permiso.

  2. says: Yuyi

    ……………mmmmmm! ….Como es la vida… Tan rara pero no me cabe duda de que fue un amor hermoso y sublimal. Y David esta en lo cierto cuando te dice que los angelitos siempre estaran a tu lado porque es asi’ y lo sabes! Bendiciones a tu nueva familia y que seas muy feliz!

  3. says: Nani

    Buenas Noches Lii

    Soy Ana, y y escribí esta historia junto a mi hermana. Quien la vivió fue mi hermana mayor, ella me dio permiso de escribirla, y además escribió algunos de los párrafos. Creo que los más profundos, evidentemente el final es ella hablándo desde lo más profundo de su corazón. Hablamos respecto a tu petición, y sí, puedes citarla, no hay ningún problema, sólo tenemos una condición, ¡Queremos ser las primeras en leer tu novela!

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