El trabajo y los souvenirs

Hubo un tramo en que nos fuimos agarrados de la mano. Como si nadie nos mirara. Fue muy bonito saber que ella me correspondía. En un punto el compañero se sintió incómodo. Tal vez fue buen plan para hacer que se fuera. Caminamos un poco más....

Si me hubiera planteado esta situación hace un mes sin pensarlo dos veces hubiera dicho que jamás lo haría. Viajo por trabajo 3 semanas a un lugar muy lejos de mi ciudad de origen. Es la primera vez que vivo fuera de casa por tanto tiempo. El amor no había sido algo que yo recordará con ilusión. Muchas decepciones me habían vuelto solitario e incrédulo. Contaba con muy buenas amistades y una que otra pareja ocasional con la que desquitaba mis ansias y aligeraba la soledad que me acompañaba a todos lados. Aunque al final de cuenta era feliz. Tenía una familia amorosa y un buen trabajo.

Cuando me ofrecieron la oportunidad de viajar a mi actual destino yo planeaba ir, conocer lugares, divertirme, regresar a casa y continuar con mi vida normal. Pero ella apareció. Yo soy supervisor en una tienda de souvenirs. Ella trabaja como cajera en dicho recinto. Nos miramos, y fue para mí algo normal saludar a mis empleados. Nunca he tenido nada que ver con alguno de mis subordinados. Me parecía algo poco profesional y un obstáculo para realizar mi trabajo. Además estaba prohibido. Sin embargo no preste mucha atención a esa chica. Me parecía simpática y atractiva pero yo conocí a muchas chicas igual o más guapas que ella anteriormente y nunca causaron ese efecto en mí.

Pero ella logró conquistarme. El primer día que la conocí, saliendo de trabajo me comento que por el tráfico del lugar, a veces llegas más rápido a tu casa si caminas un poco y tomas el autobús más adelante. Así que le dije caminemos. Fue algo muy lindo, platicamos, la hice reír algunas veces. Nos conocimos un poco. Como era la primera vez que pasaba por ciertos lugares, ella me ofreció tomarme una fotografía en ciertos puntos atractivos del camino. No soy muy fotogénico que digamos. Pero le dije que estaba bien. Le ofrecí tomarnos una foto. Ella accedió. Fue raro. Ella me insinuaba cosas que me hacían sentir confundido. Yo le gustaba. Pero no pensaba caer en sus redes. No podía. Me dijo que lo que pasaba aquí, se quedaba aquí. ¿Es en serio? Aunque mi ego se elevaba, no pensaba ni siquiera un poco que iba a caer en eso. No debía. No quería. ¿O sí? No lo sé.

Nos despedimos. Yo le dije que quería conocer el observatorio de la ciudad. No había uno en mi lugar de origen, quería saber de qué se trataba. Me dijo que sí. No le pedí su número. En el trabajo había un grupo de whatsapp donde estaban todos los empleados. Me acababan de agregar. Le dije que la buscaría. Al día siguiente le mande un mensaje diciéndole que si podía ir. Me dijo que no podría porque tenía un asunto familiar que tratar. Pensé que eran las típicas excusas que ponen ellas para evitar decir “no quiero”. Posiblemente si lo fue, pero no me importó. Yo quería conocer el lugar y me fui. Un fiasco. En el lugar solo había una pequeña exposición de fauna de la zona y donde debía de ser el observatorio había canchas de basket. Me fui decepcionado al trabajo y continúe con mis labores diarias.

Ella me coqueteaba mucho. Se me acercaba mucho. Era raro yo me sentía cohibido. A pesar de que no soy alguien tímido me cuesta dar el primer paso en esto de la conquista. Yo me mostraba seco con ella. Solo era cosa de trabajo. Soy su jefe, debe respetarme. Le llame la atención por algo que hizo. ¿En serio? ¿Porque se enoja conmigo? No me importa. Ella debe de arreglar sus asuntos. No hice nada malo. En fin salimos y le digo que si quiere caminar. Me dice que está cansada. Le digo que si está enojada. Me dice que no. Pensaba esperarla. Pasa mi camión. Me dice que me puedo ir.

No me gusto que estuviera tan mala onda conmigo por algo del trabajo. Me voy y la dejo en la parada del camión. No sentía remordimiento. Ella quizá hacerlo así. A la hora me manda un mensaje diciendo que mañana nos fuéramos caminando que el tráfico estaba horrible. Le digo que está bien. Me dio gusto. No conozco a nadie acá me hace falta compañía. Entonces al día siguiente nos vamos caminando. Durante ese día estuvo dándome indirectas. Por primera vez se las correspondí. Saliendo pensaba robarle un beso. Me gustaba definitivamente. A ella le gustaba yo.

Cuando nos íbamos a ir, otro compañero de trabajo nos dice que también se irá con nosotros. Fuimos platicando en el camino riéndonos los tres y en cada momento en el que podía rozaba mi mano con la de ella. Hubo un tramo en que nos fuimos agarrados de la mano. Como si nadie nos mirara. Fue muy bonito saber que ella me correspondía. En un punto el compañero se sintió incómodo. Tal vez fue buen plan para hacer que se fuera. Caminamos un poco más.

Le dije que pensaba de mí. Me dijo que le gustaba. Le dije que ella a mí también. Le robe un beso. No me lo correspondió. Dijo que se quedó impresionada. No se lo esperaba. ¿Porque había ella coqueteado tanto conmigo si no quería nada? Me decepcionó un poco. Pensé que tal vez era una herramienta que ella usaba para poder sacar provecho en el trabajo de mí. Me puse un poco a la defensiva. Iba a ser frío. No iba a caer en su juego. El resto de esta historia la podrán ver pronto. Me está mandando mensajes, me pregunta si la extraño. ¿Acaso no creen que sea obvio? En fin. Saludos corazones enamorados.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *