La chica del campamento

Y entre todas esas personas destacaba una como la que más.

La casualidad ha querido que vuelva a mi vida una persona que conocí hace años. Gracias a las redes sociales recuperé el contacto con gente a la que había conocido en un campamento de verano, hace muuuuuuchos años. Habíamos hecho mucha amistad, después del campamento estuvimos años mandándonos cartas, incluso haciendo alguna quedada para vernos, pero bueno, al final fuimos haciendo nuestra vida y dejando de saber los unos de los otros, pero siempre guardé buen recuerdo de aquello.

Un día haciendo limpieza de un armario me encontré con las cosas del campamento aquel y entre ellas había una lista de todos los asistentes con nombres y tal. Me hizo gracia y los busqué por Facebook, dispuesto a intentar hacer una quedada, aunque habían pasado muchos años, pero me parecía divertido.

¡Y la cosa salió bien! Encontré a casi todos y la verdad es que pareció que a todos les hizo mucha ilusión la idea. Nos agregamos y empezamos a organizar una cena, no fue fácil cuadrar fechas pero lo hicimos y nos encontramos todos después de casi 20 años!!! Imaginaos qué pasada.

Lo pasamos muy bien y el reencuentro fue una pasada. Nos pusimos al día y pasamos una noche genial. Y entre todas esas personas destacaba una como la que más (al menos para mí jeje). Era Maite, una chica tímida y especial con la que tampoco había tenido un contacto muy directo en el campamento ni después pero que al verla ese día me dejó bastante noqueado.

A los días seguía pensando en ella y me apeteció escribirle por el FB, y así lo hice, le mandé un privado para preguntarle cómo están, sin ninguna excusa en realidad, y lo sorprendente fue que me respondió muy simpática. Empezamos a escribirnos bastante y esa chica no es que me gustara, es que me encantaba. Me parecía divertida, inteligente, muy atractiva en general. Hablar con ella me llenaba y tenía ganas de volver a verla, por lo que un día le propuse quedar a tomar algo y me dijo que sí.

Y…. desde ese día ya no nos hemos separado, porque (re)encontrarnos fue lo mejor que nos podía haber pasado y porque somos muy felices juntos.

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