Nunca nadie me hizo sentir como él

¿Mi nombre? Para ustedes será un secreto, pero les adelantaré que…

Mi vida siempre muy tranquila, a los 14 años conocí a un chico 3 años mayor que yo, en un evento de 3 días, era realmente muy simpático, sus ojos azules, su cabello rubio, medía tal vez 1.85 mtrs, fornido… pero vivía en otra ciudad.

Y ahí comenzó todo…

Nos escribíamos cartas todos los meses, dibujábamos en ellas muñequitos con corazones y nos decíamos cuanto nos extrañábamos, pero seamos realistas, era casi imposible vernos “yo tenia 14 y el 17” Sólo lo logramos una vez en un año largo, yo fui en unas vacaciones a visitar a mis familiares y allí con un beso concretamos nuestra relación. Fue sólo un beso. El tiempo pasó, él entró a la universidad, conoció a alguien y me llamo para dar fin a la relación. La buena noticia es que de amor nadie se muere y yo eso siempre lo tuve claro, así que sin ruegos ni llanto cerré el capitulo y comencé a salir con otros chicos para distraerme, lo que era todo un reto porque en mi casa me protegían demasiado y no me dejaban salir con amigos, aún así, algunas veces encontré la manera.

Luego llegó a mi vida un estudiante de veterinaria, yo ya tenía 18 años y acababa de terminar mis estudios básicos por lo que ya verme con él era un poco más sencillo, él estaba terminando su carrera y yo apenas estaba aplicando a la universidad estatal, pero quede en lista de espera para el otro semestre, es decir, no estudiaría por seis meses. Con él nos veíamos casi todos los días, fue una relación bastante intensa, nos encantaba estar juntos, pasear, cenar, dormir, jugar… Luego él se graduó y decidió irse a otra ciudad, para mi era una estupenda idea cambiar de aire, comenzar mi carrera allá y llegué a aquella ciudad, donde un familiar sin saber que sería otra prisión, quién me abrió las puertas de su casa quería saber todo lo que yo hacía y me tenía horario, no podía llegar a casa después de las 7pm entre semana y los fines de semana el límite era las 8pm. ¿Es algo así como una broma de mal gusto? Pues si, era una pésima broma de mal gusto, ya que por cierto, también quería escoger mis amistades y cuando no le seguía el consejo se ponía histérica, la pelea y la tensión en aquella casa era horrible. Pero volviendo al tema del chico, adivinen qué… EL IBA POR OTRA CHICA!!!!!!!! Me lo confesó cuando ya estábamos en aquella ciudad, cuando yo ya había iniciado mi carrera, cuando estaba más que instalada, pueden creerlo? Pero les tengo nuevamente mi buena noticia “De amor nadie se muere y la vida sigue” así que cerré este capitulo. Realmente me dio un poco más duro que el primero pero que mas dá, mi abuela decía literalmente “ni el que llega estorba, ni el que se va hace falta” y hasta el momento aplicaba.

Yo me encontraba en 7mo semestre de universidad cuando llega un profesor nuevo, apenas 3 años mayor que yo, ojos azules, rubio aunque con mucho menos cabello y unos kilos de más, 1.85 mtrs de estatura tal vez… Si, así es, mi primer novio resultó ser profesor de mi universidad y para más coincidencia del programa que yo estudiaba, así que volvimos a salir casi de inmediato… Hubo algunos problemitas ya que un profesor y una estudiante no pueden tener ningún vinculo sentimental así que decidí cambiarme de universidad para evitar problemas, éste chiste me atrasó un par de semestres ya que en vez de entrar a 8vo como debía ser, me devolví a 6to, pero bueno, todo con tal de que mi novio mantuviera su empleo como docente de aquella universidad. Tan pronto inició el semestre me pidió matrimonio, se imaginan? QUE DICHA!!! Iba a salir de la casa, eso era realmente emocionante. Así que sin duda acepte, pero no se trataba solo de irme de allí, el era una persona estupenda, juicioso, trabajador, no le gustaba mucho salir, no le gustaba el trago, no era amiguero, era realmente el hombre perfecto. Además que parecía un cuento de hadas, “se reencuentran coincidencialmente en la misma ciudad, en la misma universidad, en la misma facultad, después de casi 10 años sin hablarse ni saber del otro”.

El matrimonio fue perfecto, nunca discutíamos, nos entendíamos en todo, nos gustaba cocinar juntos, ver películas juntos, pasear, estábamos de acuerdo en todo, me ayudaba a estudiar porque eso si, el era muy pilo, qué mas le podía pedir a la vida.

Pasó un año y medio, yo estaba en 9no semestre de universidad y necesité ayuda de un compañero en un tema específico que él dominaba y él me sacó tiempo de inmediato, así que debía ir a su departamento a aclarar las dudas, allí el me dijo que le gustaba, les juro que él había sido para mi una pared, un mueble o sencillamente alguien más ocupando un puesto en el salón de clase. En ese momento lo mire a los ojos y todo el mundo se oscureció, es como si solo existiéramos él y yo, y eso NUNCA me había pasado con nadie. Sin embargo me hice la loca y no se lo mencioné jamás.

Buscamos la manera de vernos una segunda vez y allí sin control nos besamos hasta el cansancio, al principio besaba muy mal jajaja… imposible olvidarme de ése día, pero al rato sincronizamos el mismo ritmo, yo le dejé claro que era una mujer casada y que esto que estaba sucediendo era relámpago y el aceptó, pero no contábamos con que vernos se volviera una necesidad y aunque éramos muy diferentes nos entendíamos bien, vivimos los momentos más inolvidables de mi vida, fuimos un solo corazón latiendo a mil… Pero yo no podía hacerle eso a mi esposo, el era realmente maravilloso así que decidí contarle lo que estaba sintiendo y él tranquilo me dijo que el creía que yo debía vivir esa aventura y que el iba a ser paciente, pero que no se aguantaría esto toda la vida.

Cada día lo que sentía por “él” era más grande e incontrolable y él deseaba mucho que tomara una decisión a favor de él para que pudiéramos estar juntos, pero desde pequeña mi familia decía que el matrimonio era para toda la vida y siempre hablaban de la importancia de la estabilidad afectiva, lo que hacía muy difícil hacerme a la idea de divorciarme. Casi un año viví en esta apretada situación, hasta que decidí continuar con mi matrimonio y tener hijos ya que creí que ellos me harían olvidar lo que sentí y viví con él, y no me arrepiento ni un segundo, ellos son el amor de mi vida, mi matrimonio continúa, nos seguimos entendiendo igual que siempre con mi esposo, pero queridos amigos… EL AMOR SOLO LLEGA UNA VEZ A NUESTRAS VIDAS, A VECES EN EL MOMENTO EN EL QUE UNO MENOS LO ESPERA, Y ES DECISIÓN DE CADA QUIEN ATRAPARLO O DEJARLO IR.

Yo lo dejé ir y créanme, aunque desde el día que dijimos Adiós no hemos vuelto a hablarnos, no pasa una semana sin que lo piense y esos recuerdos aún me ponen la piel de gallina.

​Y si de casualidad tú… mi susodicho, estás leyendo ésto, debes saber que aún TE AMO y que mi alma aún grita tu nombre.

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